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Dos fuertes estruendos aturdieron a Vanesa quien se arrastraba en el piso. Acto seguido Alejandro cayó de espaldas

- ¡Sr. Nikaido queda detenido por tentativa de homicidio, homicidio doloso y tortura! - gritó Juliana.

Fernando corrió a auxiliar a Vanesa, mientras que Juliana se dirigió hacia el caído Alejandro quien miraba perdidamente el cielo, aún vivía a pesar de haber recibido un tiro en la pierna izquierda y en el brazo derecho donde antes había empuñado el arma.

- ¡234! ¡Agente Medina! - gritó a un radio - Solicito urgente unidades de refuerzos y una ambulancia al 55-140 de la Calle 14a oeste.


El monstruo había caído, el horror había cesado, las calles volvieron a la antigua y extraña tranquilidad de no tener un psicópata suelto en ellas. 
Cinco personas murieron, cinco personas fueron violentadas y ultrajadas, el monstruo no había tenido piedad y había carecido de cualquier atisbo de humanidad, la infamia singularizó sus crímenes y ahora tendría que pagar por ellos.

FIN

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